Memoria VRAM: La memoria de video (VRAM) es responsable de almacenar datos gráficos temporales para que la GPU los procese. Si se sobrecalienta o sufre daños físicos, puede provocar artefactos visuales, congelamiento o fallos en la imagen.

Chip GPU: Es el núcleo de la tarjeta gráfica que realiza la mayor parte del procesamiento gráfico. Un chip dañado por sobrecalentamiento, mala fabricación o estrés prolongado puede causar que la tarjeta deje de funcionar o rinda por debajo de lo esperado.

Condensadores: Estos pequeños componentes regulan el voltaje en la tarjeta gráfica. Si un condensador falla, puede causar problemas de alimentación, lo que puede afectar el rendimiento o incluso impedir que la tarjeta encienda.

Ventiladores: Los ventiladores ayudan a enfriar la tarjeta gráfica. Si fallan o se obstruyen por polvo, la tarjeta puede sobrecalentarse, lo que podría dañar otros componentes internos.

Fases de alimentación (VRM): Los módulos reguladores de voltaje (VRM) controlan el suministro de energía a la GPU. Si estos componentes fallan, la GPU puede recibir una cantidad incorrecta de energía, lo que puede dañarla o hacerla inestable.

Conexiones PCIe o HDMI/DisplayPort: Las conexiones físicas de la tarjeta gráfica al resto del sistema o a los monitores pueden dañarse, causando pérdida de señal o mal funcionamiento en la transmisión de video.